Hoy es noticia en las portadas de los periódicos de todo el mundo que EE.UU. ha asesinado a Bin Laden. Vaya por delante que después de lo leído y de lo visto, no me lo creo. Esas fotos trucadas (http://www.fayerwayer.com/2011/05/bin-laden-un-muerto-de-photoshop/osama_photo_fake/) que luego se han desmentido, ese cuerpo tirado al mar… en fin, parafraseando un tweet de @yoriento, «que EE.UU. declare que ha asesinado a Bin Laden sin dar pruebas, es tan fiable como mi madre valorando mi atractivo». Pero independientemente de todo esto, me siento triste de ver que el mundo entero da palmas con las orejas de alegría ante el asesinato de una persona. Me recuerda esas imágenes medievales de la gente en la plaza del pueblo aplaudiendo y sonriendo ante el espectáculo de un ahorcado o un aguillotinado. Yo solía pensar que habíamos evolucionado mucho, que habíamos dejado atrás los comportamientos de la estúpida masa sedienta del espectáculo de la sangre, que éramos críticos con actos atroces viniesen de donde viniesen, que esas conductas medievales sólo se daban en sitios como Tejas u organizaciones minoritarias de gente llena de odio. Pero no, parece que estaba equivocado, que pequé de inocente. Hoy, al ver la reacción de personas y gobiernos, al ver la impasividad de muchos, me siento triste y avergonzado. La humanidad se ha alejado de todo lo positivo que valoramos como «humano» y el eco de los pocos que no estamos de acuerdo se ahoga entre el barullo que arman todos los que festejan algo que en mi opinión es más grave que el asesinato por parte de un terrorista: el asesinato por parte de un Estado. Cuando un Estado asesina abierta e impunemente sabemos que las cosas van realmente mal. Bin Laden ha muerto, pero el Terrorismo de Estado está más saludable que nunca. Hurra.
Algunos tweets que me devuelven un poco de esperanza, algunos de gente que ya seguía, otros de gente que he conocido a raíz de esto y he empezado a seguir hoy:
- Debo de ser un demócrata trasnochado, pero yo creo en los juicios, no en los asesinatos de estado #binladen (@iescolar)
- El terrorismo y la democracia coinciden: asesinar, a veces está bien. (@tyrexito)
- Es más fácil que Obama ejecute sin juicio a Bin Laden que Obama consiga implantar la Seguridad Social en su país. (@ikerarmentia)
- Premio Nobel de la Paz mata Terrorista. (@improtour)
- Ayer lo dije: De vuelta al Medievo… Bodas de príncipes y princesas, beatos y festejos enloquecidos por la muerte de alguien… (@geraldinasplace)
- Yo no celebro ninguna muerte. Hubiera celebrado su detencion, juicio y reclusión. Así le convertimos en mártir y no se da ejemplo #BinLaden (@javilor)
- Which reporter has the courage to say it? «American-armed terrorist from the 80s, Osama bin Laden, was killed earlier today by America.» (@mmflint)
- Nos hubiera gustado verle juzgado en un Tribunal por sus crímenes. Lo que fortalece a la democracia es el respeto a DDHH (@proyectoequo)
- Ojalá los métodos de actuación de EEUU y sus aliados se diferenciaran más de los que emplean los terroristas (@antoniofraguas)
- Que la UE vea un ‘logro’ en la muerte sin juicio de un ser humano es una prueba más de su deslegitimación y de la crisis de valores europeos (@antoniofraguas)
- Me resulta muy extraño ver a miles de personas celebrando una muerte (@teoruiz)
- MATAR AHORA SE DICE » SE HIZO JUSTICIA»: Ante la muerte del fundamentalista y terrorista Bin Laden, el presidente Obama declaró ¡¡»Se hizo justicia»!!, lo cual nos indica algo tenebroso: la legitimación del terror como forma de tratar los «problemas», podemos decir: el terror contra la humanidad acaba de obtener sus cartas credenciales de «legalidad», hemos pasado de «La guerra es la continuación de la política» a otro momento de la barbarie civilizada:»La guerra es la única forma de enfrentar a la política de los humanos que piensan diferente», hoy es un terrorista ¿Mañana a quienes les tocará el turno? (@sladogna)
Por cierto que también dejé de seguir a otras personas que antes tenía en alguna estima y después de leer sus mensajes de alegría de hoy no pude seguir siguiendo por imperativo visceral.