Aunque habitualmente no trabajo con Mac, de vez en cuando tengo que lidiar con alguno de ellos. No tengo nada contra estas bonitas máquinas, pero siempre he preferido la versatilidad de los PCs, cuestión de gustos. Últimamente me he encontrado con un problema bastante sorprendente viniendo de un sistema operativo tan avanzado como el OSX Snow Leopard: siempre que se borra un fichero, este va a la papelera de reciclaje sin que se pueda hacer nada para evitarlo. Después de mucho buscar por la red tuve que aceptar con bastante sorpresa que este sistema operativo no tenía nada parecido al útil CTRL+Suprimir que permite eliminar algo de forma definitiva en Windows.
La imposibilidad de borrar ficheros sin utilizar la papelera es más que un problema de intimidad o de ocupación innecesaria de disco (la papelera resulta realmente muy útil, sin embargo hay cosas que uno sabe con seguridad que no va a necesitar en un futuro, así que ¿para que seguir ocupando espacio con ellas?), el problema se vuelve más grave cuando se trata de unidades externas de poca capacidad como un pendrive con capacidad de -digamos- 1GB. El problema es que al eliminar un fichero de este dispositivo, OSX en realidad lo guarda en un fichero temporal dentro del mismo pendrive, lo que significa que si tengo un fichero guardado de 1GB y lo borro para poder grabar otra cosa en él, sencillamente no podré hacerlo porque el fichero de 1GB sigue ahí aunque no lo veamos. La única forma que hay de recuperar nuestro espacio es vaciando la papelera… ¿Pero y si en la papelera hay cosas que tal vez vaya a querer recuperar en un futuro? ¿no es posible -al menos- borrar ficheros selectivamente de la papelera?… NO, no es posible, así que el sistema operativo nos deja vendidos: o borramos la papelera entera o nos quedamos sin espacio en el pendrive.
Afortunadamente hay una solución. No es la solución ideal y seguramente no gustará mucho a quienes no estén acostumbrados a utilizar la consola, pero merece la pena conocerla, pues el contenido de nuestra papelera puede salvarnos de un desastre cuando menos lo esperamos y su contenido merece un respeto. La solución es bien sencilla :
1. Abrir una consola (Aplicaciones > Utilidades > Terminal.app)
2. Cambiar al directorio en el que reside el pendrive, que estará bajo /Volumes : cd /Volumes/PendriveJuan/ (atención a las mayúsculas y minúsculas). El nombre del dispositivo que buscamos es el que se muestra automáticamente en el escritorio al insertarlo. Si dudamos, cd /Volumes > ls nos dará un listado de los dispositivos disponibles.
3. Utilizar el comando rm (remove) para eliminar los ficheros deseados. Este comando se salta por completo a la papelera de reciclaje, así que acto seguido podemos cerrar la consola y guardar cuantos ficheros nuevos queramos en nuestro dispositivo dejando a buen recaudo el contenido de nuestra papelera de reciclaje.
Esperemos que Apple enmiende y pronto su estupendo OSX incorpore la posibilidad de saltarse la papelera de una manera más «a lo Mac» a la que tiene acostumbrados a sus seguidores.
Hay cosas en el Mac OS X que uno no entiende porque no se mejoran de serie, enumeraré unas cuantas: Finder con pestañas, posibilidad de vaciar parcialmente la papelera, poder eliminar de verdad los ficheros borrados de un pendrive, tener la opción de cortar, etc.
Una gran solución a tu problema es la aplicación Curb de MRR Software, es una aplicación muy simple y configurable, simplemente borrando los archivos y luego arrastrando el pendrive a la aplicación, esta borrará los ficheros de la papelera del pendrive y así dispondremos del espacio eliminado de forma automática. Pero además de esto podremos configurarla para que en vez de borrarlos de forma permanente se los lleve a la papelera del Mac o que expulse el pendrive, etc.
http://www.mackinando.com/mac/eliminando-ficheros-de-pendrive-pero-de-verdad/
Una gran aportación. Gracias, en cuanto tenga opción también lo probaré.